Todos hemos sufrido con las agujetas y las hemos usado como “excusa” para no hacer ejercicio. Y no puede ser así. Son, simplemente, un proceso doloroso asociado a cierta rigidez muscular que se produce un día o dos después de haber realizado un ejercicio físico que nos provoque una fatiga muscular un tanto severa independientemente de la intensidad del esfuerzo realizado. Constituyen una respuesta normal al esfuerzo inusual y forman parte del proceso de adaptación a una mayor resistencia y fuerza de los músculos para recuperarse y aumentar su masa….

(Leer el texto completo en el blog Mis consejos para tu salud, de Carmen Reija)